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Era un regalo, ahora soy un recuerdo.

jueves, 22 de agosto de 2013

Tus ojos y mis ojeras

Ayer decidí borrar todo lo que he sentido desde el día en el que me arriesgué a empezar sola, hasta el día que me dí cuenta de que el 'por siempre' empieza a ser cuestionable.
No me quise dar cuenta que lo que borré eran palabras y letras, que lo que queda dentro de mi no es tan fácil de eliminar. Que a pesar de preguntarme si los 'por siempre's existen, los 'hasta nunca' aun no estan presentes en mi cabeza. Y me da miedo que un día lo esten, porque ese día no volveré a creer ni en 28's, ni en fotos escondidas en taquillas, ni en noches en vela mirando una cara dormida, ni en el vaho de los cristales, ni en que lo que he sentido tenga 'amor' por nombre.

Hay veces que creo tirar la toalla, en las que siento que salir corriendo sería más fácil que alzar la voz con lo que siento,... Momentos en los que me falta alguien que respire por mi cuando me quedo sin aire, o en los que me de la mano cuando de noche tenga miedo de ir sola a casa, cuando me despierto sola, tal y como he dormido,... Veces en las que un abrazo a tiempo cura, en las que parece que ni duelen ya las heridas.
Instantes en los que recuerdo como era sentir en sus ojos la palabra 'amor'. Nunca he mirado con tanto amor, y me asusta ser incapaz de volverlo a conseguir, y me alegra saber que al menos yo sé que es querer vivir dentro de una cama eternamente alimentandome de besos. 

No me gusta mirar el calendario porque al fin y al cabo, ya no tengo días especiales ni ojeras esperando las doce de la mañana para enviar 'Feliz día cielo'.
Ya ni tan si quiera soy feliz recordando, porque entonces extraño, y es cuando la puerta grita un 'hasta nunca' y procuro no oir su nombre en ninguna boca.

Ojalá fuese tan fácil olvidar como lo es crear recuerdos. A pesar de que para mi, todos los recuerdos son malos... Porque a pesar de haber tocado el cielo, esos momentos, ya no van a volver. Y aunque me vuelva a arrimar a las estrellas, nunca será igual... Ya nunca más volverá a ser 28 de octubre del 2008 en un portal, ni volveré a despertarme con él dormido en mi espalda, ni 28 de agosto del 2011 a las 21:00 en un restaurante de Aliste, ni estaré oyendo llover desnudos en mi cama, ni 28 de noviembre de 2012 con 5 rosas esperandome de desayuno, ni volveremos a despertar en la mejor habitación de Paris, ni 21 de agosto de 2013 en un banco a las 9:36 de la mañana viendo como sale el humo por su boca.

Ojalá fuese tan fácil olvidar como recordar, y que sus ojos compensaran mis ojeras.

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